Siempre tratando de llenar la vida de color, no sólo con la ropa, sino con las alegrías en todos sus matices.
El negro y el blanco, esos colores que llaman básicos, no lo son, son colores llenos de argumentos propios atribuyendo la ocasión; sobrio, elegante, esencial, un sin fin de como lo quieras llevar, combinarlo no lleva reglas, son tan perfectos en cualquier posición, a veces son como las ideas, recibes mucha variedad del exterior y al final solo tomas una decisión ser bueno o ser malo. Y como en el Ying y el Yang; lo bueno dentro de lo malo y lo malo dentro de lo bueno.
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